La glándula tiroides regula el metabolismo del cuerpo y regula la sensibilidad del cuerpo a otras hormonas, participa en la producción de hormonas, especialmente Tiroxina (T4) y Triyodotironina (T3). También puede producir (T3) inversa. Estas hormonas regulan el metabolismo basal y afectan el crecimiento y grado de funcionalidad de otros sistemas del organismo. El yodo es un componente esencial tanto para T3 como para T4.

La síntesis hormonal está regulada enzimáticamente y precisa de un oligoelemento esencial, el yodo, que se obtiene en la dieta en forma de yoduro. Cuando la concentración de yodo es superior a la ingesta requerida se inhibe la formación tanto T4 como de T3.

 

La liberación de hormonas está dada por la concentración de T4 en sangre; cuando es baja en sangre se libera TSH, que promueve la endocitosis del coloide, su digestión por enzimas lisosómicas y la liberación de T4 y T3 a la circulación. La hormona estimulante de la tiroides (TSH) actúa sobre todos los procesos que controlan la síntesis y liberación de la hormona tiroidea, también actúa aumentando la celularidad y vascularización de la glándula. La TSH está regulada por la concentración de hormona tiroidea libre en sangre periférica por un mecanismo de retroalimentación negativa.

El hipotiroidismo es una enfermedad que afecta mayoritariamente a la población femenina como ya hemos comentado en otras publicaciones. Una de cada ocho mujeres de entre 35 y 65 años puede llegar a sufrir esta disfunción tiroidea. Pero a mayor edad, mayor probabilidad. Una de cada cinco mujeres mayores de 65 años puede llegar a padecerlo.

Su incidencia en hombres es inferior y su proporción respecto de las mujeres es de 1.4, estas últimas son más susceptibles a los procesos autoinmunitarios. Aún no se sabe por qué las mujeres tienen mayor susceptibilidad a los trastornos tiroideos, que se relacionan con las concentraciones de estrógenos y los cambios hormonales, o con el paso de células (del feto a la madre) durante el embarazo, aunque también el periodo posparto es un factor de propensión.

El hipotiroidismo, al igual que otras disfunciones tiroideas, está íntimamente ligado al ciclo reproductivo de la mujer. Conforme pasan los años la mujer se va acercando a lo que se conoce como perimenopausia, es decir, el período cercano a la menopausia donde ya se empiezan a producir ciertos cambios hormonales. Los síntomas más habituales son:

  • Menstruaciones irregulares o ausencia de ellas
  • Sequedad vaginal
  • Disminución de la lívido
  • Acaloramiento o sofocos
  • Sudoración excesiva
  • Insomnio
  • Cansancio
  • Problemas de atención y memoria
  • Irritabilidad
  • Depresión
  • Debilitamiento de uñas
  • Caída de cabello
  • Dolores articulares

En las etapas en que ocurren cambios hormonales, como: pubertad, embarazo, puerperio y menopausia, se generan trastornos tiroideos en los que también hay cambios de la concentración de estrógenos. Muchas mujeres pueden manifestar sólo síntomas de depresión, sensación de frío, letargia, anergia, debilidad, confusión mental y amenorrea, todos similares a los del hipotiroidismo, por lo que en ocasiones es difícil hacer el diagnóstico diferencial entre ambos trastornos.

Sin embargo, está descrito que la terapia hormonal en mujeres menopáusicas ocasiona cambios en la hormona estimulante de la tiroides, los síntomas asociados con la posmenopausia pueden agudizarse, pero que esta agudización puede modificarse al corregir su causa.

Cada mujer posmenopáusica sufre los síntomas de manera diferente, independientemente de alguna otra enfermedad concomitante. Los cambios en la función tiroidea, asociados con modificaciones en la concentración de estrógenos, se relacionan directamente con la hormona liberadora de la tiroides (TRH), que estimula la producción y secreción de TSH en el hipotálamo.

Esta relación se debe a que los estrógenos pueden aumentar la síntesis de receptores de TRH en la hipófisis y modular la secreción de TSH, como ocurre durante el embarazo y con la terapia estrogénica, ya que durante la menopausia disminuyen los receptores de TRH y, como consecuencia, aumenta la secreción de TSH.

Se ha informado que la terapia hormonal en pacientes con menopausia e hipotiroidismo que reciben tratamiento con levotiroxina genera cambios en la concentración de tiroxina libre y TSH, 16 lo que coincide con la respuesta clínica de los resultados aquí expuestos. Los síntomas del climaterio son más intensos en las pacientes con hipotiroidismo, pero disminuyen al mantener el estado de eutiroidismo.